El Papa Francisco dio la orden de instalar duchas al interior de los baños situados alrededor de la Basílica de San Pedro, con el objetivo de que las personas de escasos recursos puedan utilizarlas para asearse.
El Sumo Pontífice habría tomado esta decisión luego de enterarse que los desamparados duermen todas las noches en la calle y no encuentran lugares donde bañarse.
Se conoce que esta noble iniciativa se extenderá a una decena de parroquias de los barrios residenciales de Roma, donde se edificarán más duchas en beneficio de los más necesitados.