El joven británico Jason Garnett tuvo que ir corriendo a la sala de emergencias del hospital más cercano a su hogar. La razón era que había tenido una erección durante las 17 horas: se había "levantado" por la noche y la cosa no disminuía al mediodía del día siguiente.
Garnett había intentado todo: salir a trotar, bañarse en agua helada, y hasta sentir dolor en esa área. Pero su inesperado priapismo, considerando que nunca le había sucedido algo así, lo estaba enloqueciendo y no bajaba.
Según el portal británico The Northern Echo, los doctores no tuvieron otra solución que aplicarle 24 inyecciones en el pene para así quitar la presión y algo de sangre, el dolor que sintió durante el proceso es "en una escala del 1 al 10, un 10 sin dudas".
Las buenas nuevas es que el soldado de Garnett decidió darse de baja finalmente. Aunque el mismo Garnett sostiene que su pene asemeja la imagen de alguien que perdió una pelea de boxeo, debido a su color "negro y azulado".