El Vaticano reconoció jurídicamente la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE), fundada por uno de los exorcistas más célebres del mundo, Gabriele Amorth, mediante un decreto fechado el pasado 13 de junio.
La idea de englobar a los exorcistas en una asociación surgió del padre Amorth en la década de los 80, con el objetivo de celebrar reuniones en las que compartir experiencias y reflexiones para así poder ayudar de un modo más concreto y eficaz a las personas que recurrían a ellos.
Francesco Bamonte, presidente de esta asociación desde 2012, aseguró que la aprobación del AIE por parte de la Santa Sede es "motivo de alegría, no solo para los asociados, sino también para toda la Iglesia". "Dios llama a algunos sacerdotes a ejercer este precioso ministerio del exorcismo y de la liberación con el fin de acompañar con humildad, fe y caridad a estas personas que requieren una atención espiritual y pastoral específica", explicó.
Actualmente, la AIE cuenta con cerca de 250 exorcistas presentes en una treintena de países. El exorcismo es una oración oficial de la Iglesia católica en la que se invoca a Dios y se exige al diablo que libere a una persona determinada.