El gobernador de Yakarta, Yoko Widodo, decidió combatir el violento negocio de los monos enmascarados, «topeng monyet» , espectáculo habitual en varias calles de esta importante ciudad asiática.
Los primates, que llevan máscaras hechas con cabezas de muñecos, pelucas y vestidos infantiles, son obligados a montar en bicicletas y caminar erguidos sobre las patas traseras, en todo momento atados con una cadena al cuello, mientras sus propietarios recogen las propinas que entrega el público.
Los más de 300 monos enmascarados que se utilizan en estos espectáculos callejeros viven en jaulas, hacinados y encerrados casi todo el día, en barrios pobres de la ciudad de Yakarta, la capital, y son sometidos a duras semanas de entrenamiento para que puedan hacer piruetas.
Para que los monos caminen erguidos sobre las patas traseras son colgados con una cuerda alrededor del cuello, con las patas delanteras atadas, para que se mantengan de pie. Así permanecen durante más de 12 horas al día, en algunos casos sin ser alimentados. Después de este primer paso, los monos aprenden a montar en bicicletas o pequeñas motos, a saludar una bandera o a apuntar con una pistola de juguete.
Durante los entrenamientos, los chimpancés son golpeados y se les arrancan los dientes para que no puedan morder. Por ello, la mayoría muere en el periodo de adiestramiento que dura entre una semana o un mes.