Sacrificio y dedicación a su familia. Juan Ortiz fue una de las más de 60 personas que murieron en el ataque del grupo radical al Shabab en un centro comercial de Kenia el pasado sábado. Aquí fue conocido como la víctima peruana de este brutal acto terrorista internacional, pero pocos saben su verdadera historia.
El médico de 63 años había nacido en la ciudad de Puno y estudiado en Arequipa. Comenzó trabajando en el Ministerio de Salud. Tras varios años, viajó a Reino Unido para estudiar una maestría en la Universidad de Londres. Al terminar encontró la oportunidad que había esperado siempre: trabajar con la ONG británica Save the Children, donde estuvo nueve años.
Cuenta Ricardo Ortiz, el mayor de sus cuatro hijos: "Definitivamente su principal motivación para hacer el sacrificio de irse al extranjero fue darnos una mejor calidad de vida a nosotros". La experiencia lo llevó a vivir en países como Nepal (1989-1991), Liberia (1992-1993) y, finalmente Kenia, donde radicaba.
En todos esos años diseñó y ejecutó con éxito diversos programas de salud. En el 2012 se jubiló y empezó a trabajar como consultor para implementar sistemas de salud pública, diseñar planes de desarrollo y supervivencia infantil. Ejecutar campañas de prevención de malaria y VIH-sida, entre otros.
Ortiz recuerda: "Definitivamente él tenía mucha identificación con Kenia. Era un lugar donde él se sentía cómodo. Sabía que en Nairobi podía brindarle a mi hermana buena educación y una calidad de vida buena". El día de la tragedia ingresaba al Westgate junto con su hija Juanita, de 13 años.
Su hijo se enteró de lo que había pasado tras cuatro horas. "Mi papá perdió la vida en el momento. Mi hermana quedó herida pero estaba consciente y en su desesperación, empezó a llamar a las personas más cercanas a ella, amigos de la familia".
Dichas personas se comunicaron con la Embajada de EEUU en Nairobi, ya que ella es estadounidense, según dice Ricardo "para que la fueran a rescatar". La madre de ella, al tener conocimiento del hecho, le avisó inmediatamente a Ricardo. Ambos viven en Estados Unidos.
Juanita está fuera de peligro pero la familia todavía está preocupada por las severas heridas en su mano izquierda. "Tenía también una herida de bala en la pierna, pero nuestra preocupación es la mano. La intervinieron quirúrgicamente apenas la rescataron".
Pese a que en un primer momento se le informó a la familia que la intervención había sido exitosa, con el transcurrir de los días ha habido complicaciones y Juanita va a necesitar otra cirugía. La embajada de EEUU está gestionando su viaje al país para que se opere allí.
Al momento de su muerte, Juan Ortiz se preparaba para marcharse a Reino Unido, donde planeaba trabajar en la Universidad de Liverpool. "Iba a ser asesor de los proyectos relacionados con salud pública de la universidad ", cuenta su hijo. Trabajaba activamente con ellos hace seis meses.
"Después de tantos años", prosigue, "ya se había acostumbrado a las carencias y dificultades que implica vivir en un continente como África". Cortes de luz, huelgas, conflictos bélicos y guerras civiles.
Juan Ortiz deja cuatro hijos, una nieta de tres años y otro nieto que viene en camino.