Rosita fue una de las pocas sobrevivientes del terremoto de Yungay en Huaraz. Después de ese episodio, donde perdió a su familia, vinieron los malos tiempos. Se casó con un hombre que ya tenía hijos y luego de un tiempo él quiso separarse, aunque ella quiso llevarse a su hija mayor Ana, su esposo no la dejó.
La familia de su esposo no le permitía ver a su hija y por eso fue más difícil encontrarse. Después de un tiempo se vieron por la insistencia de Ana, cuando ella tenía 25 años, pero nuevamente Rosita tuvo que partir y ya no pudo regresar con ella. Veinte años después, Rosita tiene la oportunidad de ver a su hija, quien ahora tiene 46 años, gracias al apoyo del equipo de Volverte a Ver. ¿Podrán reencontrarse esta vez?