El fin del soporte para Windows 10 marca un antes y un después para millones de computadoras que aún dependen de este sistema operativo, actualmente utilizado en más del 60% de los PCs con Windows.
Microsoft ha decidido centrar sus esfuerzos en Windows 11, promovido como la versión más segura y avanzada, dejando atrás a millones de usuarios y dispositivos que podrían no cumplir los requisitos para actualizarse.
¿Qué implica el fin del soporte?
A partir del 14 de octubre de 2025, Windows 10 dejará de recibir actualizaciones de seguridad, correcciones de errores y soporte técnico por parte de Microsoft. Esto significa que, aunque los dispositivos seguirán funcionando, estarán expuestos a ciberataques y problemas de compatibilidad con nuevas aplicaciones y hardware.
¿Qué dispositivos no podrán actualizar a Windows 11?
Los requisitos de Windows 11 son:
- Necesidad de un procesador de 64 bits compatible con Microsoft
- Mínimo 4 GB de RAM
- Al menos 64 GB de almacenamiento
- Versión 2.0 de TPM para seguridad mejorada
Los procesadores que son compatibles con Windows 11:
Intel
- 8ª generación Intel Core y superiores
- Xeon W-11XXX
- Xeon SP de primera a quinta generación (series x1xx, x2xx, x3xx, x4xx, x5xx)
- Xeon E-23xx y 24xx
- Xeon D-17xx, 21xx y 27xx
AMD
- Ryzen 2000 y superiores
- Threadripper 2000 y superiores
- Threadripper Pro 3000 y superiores
- EPYC 2ª generación y superiores
¿Qué alternativas tienen los usuarios?
Para quienes deseen mantener la protección, Microsoft ofrecerá actualizaciones de seguridad extendidas (ESU) por un costo anual que varía desde 30 dólares para usuarios privados hasta 244 dólares para negocios durante tres años.
Sin embargo, no todos los equipos podrán dar el salto a Windows 11 debido a requisitos técnicos estrictos, como el chip de seguridad TPM 2.0, lo que deja a millones de PCs sin opción de actualización.