Salud

Domingo, 27 de noviembre del 2011

Asocian enfermedades cardiovasculares a la excreción urinaria

Un estudio muestra que los pacientes con enfermedades cardiovasculares son especialmente vulnerables a las variaciones por exceso o por defecto de los niveles de sodio.

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Un estudio muestra que los pacientes con enfermedades cardiovasculares son especialmente vulnerables a las variaciones por exceso o por defecto de los niveles de sodio.




 

Un estudio muestra que los pacientes con enfermedades cardiovasculares son especialmente vulnerables a las variaciones por exceso o por defecto de los niveles de sodio.

La excreción urinaria de sodio en niveles superiores o inferiores a los valores de gama media, en personas con enfermedades cardiovasculares o diabetes, puede acarrear un mayor riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares o muerte cardiovascular (para los niveles más altos) y hospitalización por insuficiencia cardiaca congestiva (para los niveles inferiores), según  publica la revista JAMA.

Por otra parte, el aumento de la excreción urinaria de potasio se asocia con un menor riesgo de accidente cerebrovascular.

Existe cierta confusión respecto a la dosis óptima de sodio. Los resultados de estudios prospectivos de cohorte, que han evaluado la asociación entre la ingesta de sodio y los eventos cardiovasculares, han sido contradictorios.

Según la información de respaldo del artículo, aclarar cuál es la dosis óptima diaria de sodio es particularmente importante en pacientes con enfermedad cardiovascular, ya que estas personas pueden ser especialmente vulnerables a sus efectos. Los autores añaden también que el nivel óptimo de la ingesta de potasio, un modificador de la asociación entre la ingesta de sodio y la enfermedad cardiovascular, aún no ha sido establecido con exactitud.

Los doctores Martin J. O'Donnell y Salim Yusuf, de la Universidad de McMaster, en Canadá, y sus colaboradores, examinaron en esta nueva investigación la asociación entre la excreción de sodio y de potasio, y los accidentes cardiovasculares y la mortalidad.

El estudio consistió en un análisis, y observación de cohortes en el que los investigadores analizaron la excreción de sodio y potasio en muestras de orina de los participantes, tomadas en ayunas. Al inicio del estudio, el promedio estimado de excreción de sodio y potasio fue de 4,77 g, y 2,19 g respectivamente.

Después de un seguimiento de 56 meses, los investigadores observaron que, tras un análisis multivariable, en comparación con la excreción de sodio de referencia de 4 a 5,99 g por día, el aumento o la disminución de la excreción de sodio se asoció con un mayor riesgo de muerte cardiovascular, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y hospitalización por insuficiencia cardiaca congestiva.

En comparación con el grupo de referencia, el aumento de la excreción de sodio se asoció con un mayor riesgo de muerte cardiovascular, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y hospitalización por insuficiencia cardiaca congestiva. Por otro lado, una menor excreción de sodio se asoció con un mayor riesgo de muerte cardiovascular y hospitalización por insuficiencia cardiaca congestiva, según el análisis multivariable.

Este mismo análisis reveló que el aumento de la excreción de potasio se hallaba asociado con un menor riesgo de accidente cerebrovascular.

Según los investigadores, "los resultados discrepantes de estudios anteriores se deben, probablemente, a las diferencias en los rangos de ingesta de sodio, a los participantes, a los métodos de medición, y a la falta de exploración no lineal".


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