Un pato de hule, ese accesorio que muchos relacionan con la infancia o con la bañera, podría ser más útil de lo que imaginas. Según expertos en psicología y programación, este objeto es clave en una técnica conocida como el “truco del pato de goma”, que consiste en explicarle en voz alta un problema o proceso paso a paso para encontrar la solución.
MÉTODO CON RESPALDO EN LA CIENCIA
El origen de esta práctica se remonta a 1999, cuando los desarrolladores Andy Hunt y David Thomas recomendaron a los programadores contarle su código a un pato de hule para detectar errores. La lógica es sencilla: verbalizar lo que hacemos permite al cerebro enfocarse mejor, revisar posibles fallos y descubrir nuevas formas de resolver un problema.
Estudios como los de la Universidad de Wisconsin han demostrado que hablar en voz alta mejora la atención y la percepción. Por ejemplo, etiquetar un objeto mientras lo buscas hace más fácil hallarlo, lo que refuerza la eficacia de este método incluso en tareas cotidianas.
¿POR QUÉ UN PATO DE HULE Y NO OTRA COSA?
Aunque cualquier objeto podría cumplir la misma función, los patos de hule se consideran el receptor perfecto: no juzgan, no interrumpen y mantienen una neutralidad que permite al cerebro procesar la información sin distracciones. Además, su presencia divertida y simbólica facilita que la práctica se convierta en un hábito positivo.
Así, lo que parecía un juguete olvidado puede transformarse en un aliado inesperado para mejorar la toma de decisiones. Y si tienes uno guardado en casa, tal vez sea momento de darle un nuevo propósito.