Un derrame cerebral puede ocurrir de forma repentina, pero sus causas están directamente relacionadas con el estilo de vida y la salud cardiovascular. Según un estudio publicado en la revista Neurology, tres factores de riesgo aumentan significativamente la probabilidad de que el ataque sea severo y debilitante, dejando a la persona con discapacidad permanente.
LOS 3 FACTORES QUE DETERMINAN LA GRAVEDAD
La investigación, realizada en 32 países y con casi 30 mil participantes, identificó como factores principales la presión arterial alta no controlada, la fibrilación auricular y el tabaquismo. Estos elementos no solo contribuyen a la aparición del derrame cerebral, sino que aumentan la probabilidad de que sea más grave.
El doctor Elmer Huerta explicó en RPP que “la presión arterial alta no controlada es el principal detonante. A esto se suma la fibrilación auricular, una arritmia cardíaca, y el tabaquismo, que deteriora las arterias”. Estos factores elevan el riesgo de que el daño sea severo, afectando funciones vitales como el habla o la movilidad.
LA IMPORTANCIA DEL TIEMPO EN LA ATENCIÓN
El tiempo juega un papel crucial en la atención de un derrame cerebral. Según el doctor Huerta, actuar en las primeras tres horas desde el inicio de los síntomas puede marcar la diferencia. “Es vital llegar a un centro médico donde puedan administrar un medicamento que disuelva el coágulo. Esto minimiza el daño cerebral y mejora las posibilidades de recuperación”, señaló.
Los especialistas también recomiendan estar atentos a señales como la pérdida repentina de fuerza en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o entender, y dolor de cabeza intenso. Reconocer estos síntomas a tiempo puede salvar vidas y evitar discapacidades permanentes.
El estudio no solo subraya la importancia de controlar estos factores de riesgo, sino también de adoptar estilos de vida saludables para prevenir accidentes cerebrovasculares y sus graves consecuencias.