Un nuevo brote de fiebre de Oropouche en Brasil ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias de América Latina. Con dos muertes confirmadas y una expansión del virus más allá de Sudamérica, la preocupación por esta enfermedad tropical crece.
Las primeras muertes confirmadas por fiebre de Oropouche en Brasil corresponden a dos jóvenes menores de 30 años del estado de Bahía. Presentaban síntomas similares al dengue grave, como dolores musculares, articulares y fiebre alta, sin ninguna enfermedad debilitante acompañante. Este brote coincide con el peor brote de dengue en la historia de Brasil, que ha registrado más de seis millones de infecciones.
EXPANSIÓN Y RIESGO DE PROPAGACIÓN
El virus Oropouche es transmitido principalmente por el Colicoides paraensis, un pequeño mosquito del grupo de los jejenes, aunque otras especies también pueden ser vectores. Hasta la fecha, el virus se ha mantenido en Sudamérica y Centroamérica, pero con casos recientes en Bolivia, Colombia, Cuba y Perú, el riesgo de propagación internacional aumenta. Según el Instituto Robert Koch (RKI) de Berlín, esta expansión podría deberse tanto a la mayor área afectada como a la mejora en los diagnósticos.
IMPACTO EN LA SALUD REPRODUCTIVA
Las autoridades sanitarias brasileñas investigan la relación entre la fiebre de Oropouche y malformaciones fetales. Un caso reciente confirmó la muerte de un feto debido a la infección, y otros ocho casos similares están bajo investigación. Este fenómeno recuerda al virus del Zika, conocido por causar microcefalia en recién nacidos, lo que ha llevado a recomendar precauciones a las embarazadas.
PRIMEROS CASOS EN EUROPA
Italia, España y Alemania han reportado infecciones en viajeros que regresaban de zonas afectadas, como Cuba y Brasil. Aunque no se ha demostrado que los mosquitos europeos puedan transmitir el virus, las autoridades sanitarias mantienen una vigilancia estrecha. Expertos del Instituto Friedrich Loeffler consideran poco probable una propagación en Europa debido a la falta de "huéspedes reservorio", es decir, especies animales como ciertos monos o perezosos necesarias para el ciclo del virus.