El tráfico en Lima se ha convertido en un problema cotidiano que consume tiempo y energía a millones de ciudadanos. De acuerdo a un reporte de la ONG Luz Ámbar, los peruanos pierden en promedio más de dos horas y media diarias en desplazamientos, ya sea en transporte público o privado.
MÁS DE DOS HORAS Y MEDIA PERDIDAS
Un recorrido desde Canto Grande hasta Jesús María, por ejemplo, puede tomar cerca de dos horas y media, según pudo corroborar el equipo de Préndete. Otro usuario indicó que viajar a Gamarra desde Ventanilla también supera las dos horas. Incluso, trabajadores de transporte público reportan trayectos de hasta cinco horas entre punto y punto.
Luis Quispe, director de Luz Ámbar, explicó que esta situación responde a múltiples factores: la ausencia de un sistema integrado de transporte, la saturación de taxis y autos colectivos, y una pobre semaforización. “Lima es la única ciudad de Sudamérica que no cuenta con un sistema de transporte urbano unificado. Esto obliga a los usuarios a depender de servicios informales que agravan la congestión”, precisó.
A ello se suma el impacto de obras públicas mal planificadas y la falta de fiscalización del parque automotor. Estudios como el TomTom Traffic Index colocan a Lima entre las 10 ciudades más congestionadas del mundo y la califican como la segunda con los peores conductores, solo después de Tailandia.
Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), esta situación representa una pérdida económica estimada del 2% del Producto Bruto Interno (PBI) del país.