Un informe de The New York Times revela que la administración de Donald Trump está presionando a países de todo el mundo, incluido Perú, para que reciban migrantes deportados desde Estados Unidos, incluso si no son ciudadanos de esos países. El plan migratorio incluye a personas con antecedentes penales, lo que ha generado resistencia internacional. "Diplomáticos estadounidenses han presionado a países tan diversos como Perú, Mongolia, Angola y Ucrania para que acepten a migrantes expulsados", señaló un funcionario anónimo citado por el medio de comunicación, destacando las dificultades en las negociaciones.
Perú ha declinado participar en este esquema de deportaciones, según el informe del medio norteamericano. La decisión se basa en los desafíos internos del país, donde la migración es un tema políticamente complejo. "Esos países hasta ahora se han negado", afirmó otro funcionario citado en el artículo, subrayando que Perú ha priorizado su estabilidad frente a las presiones de Estados Unidos para aceptar deportados, incluidos aquellos sin vínculos con el país.
Tensiones globales por la política migratoria de Trump
El informe de The New York Times detalla que la estrategia de Trump incluye acuerdos con naciones como Kosovo, Costa Rica y Rwanda, mientras se negocian con otros países. Sin embargo, Perú se mantiene firme en su negativa. "La presión de Estados Unidos para que aceptemos migrantes, incluidos aquellos con antecedentes penales, plantea un dilema significativo", expresó un analista peruano, quien pidió anonimato, según el diario. Esta postura refleja los retos que enfrenta la administración Trump para implementar su agenda migratoria.
La resistencia de Perú, según The New York Times, pone en evidencia las limitaciones de la diplomacia estadounidense en su objetivo de ejecutar deportaciones masivas. Las negociaciones, descritas como "sensibles" por un funcionario citado en el informe, muestran que la falta de cooperación de países como Perú complica los planes de Trump. Este rechazo podría tener implicaciones más amplias para las políticas migratorias de Estados Unidos en la región.