Solo en Perú el mismo presidente con convicción, prende la mecha y hace estallar la cuna política de su partido Perú Libre en Junín.
Los especialistas explican que se trata de una reacción tardía por parte del mandatario, no había mesa de diálogo que aguante, ya que fue una reacción mal gestionada porque el Gobierno pensó que se trataba de un conflicto más y esperaba que se solucionara solo. La ausencia del presidente era la gasolina que inflamaba más el paro de transportistas.
Recién el viernes por la noche dos ministros tuvieron que correr a pagar el incendio ocasionado por el mandatario Pedro Castillo. Al día siguiente, sábado otro cuatro ministros llegaron y de la mano con la iglesia. Solo cuando todo ardía, el paro se ponía verdaderamente en agenda política.
Al día de hoy lo que consiguió el Gobierno de Pedro Castillo es un respiro, una breve pausa que depende del cumplimiento de las promesas y los compromisos que firmaron sus ministros.
MESA DE DIÁLOGO Y CAOS
El jueves ocurría el primer fracaso, la mesa de diálogo instalada en Huancayo terminó en gritos, no querían al gobernador regional ni a sus autoridades, querían al presidente Pedro Castillo y a sus ministros ausentes.
Todo el viernes fue un día de protesta, saqueo, bloqueos y bombazos. Recién el viernes por la noche dos ministros viajaron para conversar con los transportistas. El sábado fue el día más esperado.
JUNÍN
En Junín el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez y el de Cultura, Alejandro Salas iniciaron el diálogo para sofocar el incendio que provocó la declaración ofensiva del presidente. El objetivo era claro: que la comitiva que estaba por llegar no se enfrente a la indignación masiva.
