El todavía congresista, Roberto Vieira, no se rinde ante las evidencias. Dispuesto a echar mano de todo con tal de no aceptar sus propias palabras pidiendo pagos a cambio de presuntas influencias en Produce.
Su última jugada habría sido, según se puede corroborar en un informe de peritaje, tratar de distorsionar su voz.
El informe de la pericia de voz a Vieira, señala que el registro lingüístico empleado por el investigado no guarda relación con una conversación fluida y espontánea, pues el congresista habría respondido con monosílabos.