Cientos de migrantes, entre ellos adultos mayores y niños, continúan varados en la frontera entre Perú y Chile a la espera de que las autoridades de ambos países lleguen a un acuerdo para resolver la crisis migratoria.
La mayoría de migrantes son ciudadanos venezolanos, quienes se vieron obligados a salir de Chile luego de que el presidente Gabriel Boric endureciera las leyes migratorias que prohíben la permanencia de extranjeros indocumentados.
Estas personas, que han armado carpas improvisadas, tienen que soportar las altas temperaturas del desierto, sin agua ni alimentos. Incluso, en su desesperación, algunos migrantes se enfrentaron con las fuerzas del orden.