El pasado 14 de febrero colapsó el Puente de Chancay, ubicado en el kilómetro 75 de la Panamericana Norte, ocasionando la muerte de tres personas y dejando más de 40 heridos, los cuales iban viajando en un bus de transporte interprovincial.
Tres meses después, el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán) informó que ya ha enviado al Ministerio Público los peritajes requeridos para establecer responsabilidades.
Investigación técnica y advertencias ignoradas
Verónica Zambrano, presidenta ejecutiva de Ositran, señaló a RPP Noticias que se encargaron dos estudios, uno de caminos y puentes y otro de hidrografía que concluyen que una parte del puente tenía cerca de 80 años y la otra, más de 50.
En ese sentido, la estructura "no respondía a los pesos que estaba recibiendo". Añadió que un informe de Norvial ya advertía el agotamiento de su vida útil, pese a esto, no se ejecutaron acciones correctivas.
Riesgo advertido 6 años antes del colapso
Zambrano recordó que en 2019 la empresa concesionaria del puente ya había advertido que la estructura "no podía seguir siendo utilizada" y recomendó su reemplazo. "El peritaje se hace antes cuando estamos en la duda de si esto sirve o no sirve, pero ya en el 2019 habíamos dicho que eso no servía", puntualizó.