Luego de 22 años, Jennifer Stampfl, con 53 años de edad, por fin pudo saber sobre su padre desaparecido hace tanto tiempo cuando viajó a Perú, se subió al nevado Huascarán y no regresó. El cuerpo del padre de familia permaneció petrificado bajo la nieve del nevado, pero por el rápido deshielo generado por el cambio climático, su cuerpo salió a la luz.
Bill Stampfl, que tenía 58 años cuando desapareció el 2002, odiaba el frío, pero tenía una gran pasión por el montañismo. Su hija recuerda aún cómo su padre y otro amigo subían corriendo una montaña local cargando bolsas de 27 kilos de arena para gatos en sus mochilas como parte de su entrenamiento. Cuando su padre desapareció pensó que parecía algo irreal: “un día estaba aquí y al otro no”, explicó.
DESTINO
El estadounidense Ryan Cooper, de 44 años, tenía la intención de llegar a la cima del Huascarán, sin embargo, durante el recorrido observó una forma oscura en la nieve, al acercarse se dio cuenta que se trataba de un cuerpo. Se percataron que la ropa que usaba era anticuada, además ubicaron su documento de identificación que aún era legible. Es así que Ryan y su hermano decidieron dar aviso a las autoridades y a la familia de Bill.
Primero se comunicaron con Joseph Stampfl, el hijo del montañista, fue éste quien le dio el aviso a su hermana. Según contó Joseph, su padre no tenía mucha experiencia en alpinismo, pero entrenaba y se preparaba intensamente para sus expediciones.
Los hermanos contrataron un equipo de rescate para recuperar el cuerpo de la montaña. Luego el cuerpo será incinerado para que, posteriormente, sea enviado a su país natal. Ahora que Jennifer sabe con certeza lo que le ocurrió a su padre y que lo ha aceptado, se alegra al pensar que ya no estará solo en el frío y volverá a estar cerca de su familia. “No lo quiero en la montaña; lo quiero de vuelta conmigo. Él debe estar conmigo”, señaló.
