El crimen por encargo sigue marcando la pauta del terror en el país. En el primer semestre del 2025, los homicidios por sicariato crecieron un 16 % respecto al año anterior, alcanzando los 661 casos, según estadísticas oficiales de la Policía Nacional del Perú (PNP). Esta modalidad representa ya el 58 % del total de homicidios en lo que va del año, lo que evidencia un preocupante nivel de profesionalización del crimen.
Aunque la delincuencia común ha mostrado una tendencia a la baja –con una reducción de más de 80.000 incidentes reportados respecto al mismo periodo del 2024–, los asesinatos selectivos van en aumento. Las regiones más afectadas por este tipo de homicidios son el Callao, con un incremento del 48 %, y Madre de Dios, donde los crímenes se duplicaron. La violencia también creció en La Libertad, San Martín e Ica.
En el primer semestre de 2025, el sicariato representa casi el 60 % de los homicidios registrados por la PNP
Los datos también muestran una expansión del fenómeno más allá de Lima. Mientras en años anteriores la capital concentraba la mayoría de crímenes de este tipo, ahora las disputas por territorios entre bandas, especialmente ligadas al narcotráfico y la minería ilegal, han generado focos de violencia en regiones como Tumbes, Ucayali y Apurímac. Esta descentralización de la violencia plantea nuevos retos para las autoridades policiales.
Pese a que se han reportado 31 bandas desarticuladas y la detención de más de 250 presuntos criminales, la magnitud del problema se mantiene. A ello se suma la discrepancia entre las cifras de la PNP y los registros del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef), que indican un aumento del 15.3 % en homicidios este 2025 respecto al año pasado. Este desfase estadístico plantea dudas sobre la real dimensión del problema.
