El fenómeno de la “reunionitis” ha alcanzado niveles preocupantes en el ámbito laboral peruano. Según la encuesta Work in Progress realizada por Buk, el 45% de los empleados en Perú pasa al menos un tercio de su jornada laboral semanal en reuniones, lo que equivale a un promedio de tres horas diarias.
Esta tendencia se traduce en reuniones frecuentes e ineficaces que, lejos de contribuir a la productividad, generan agotamiento y estrés entre los trabajadores. De hecho, dos de cada cinco encuestados perciben que la calidad de estas reuniones es neutral o mala, lo que pone en evidencia la necesidad de replantear su utilidad y frecuencia en las organizaciones.
IMPACTO EN EJECUTIVOS Y DIRECTIVOS: UN PROBLEMA MÁS ACENTUADO
El estudio también revela que el impacto de la “reunionitis” es aún más significativo en los niveles ejecutivos y directivos. Mientras que los empleados en puestos junior suelen dedicar entre una y dos horas diarias a reuniones, el 63% de los ejecutivos y directivos reporta que pasa más de tres horas diarias en estas actividades, y un 19% incluso asegura que supera las cinco horas diarias.
“Esta concentración de tiempo en reuniones no solo les impide abordar otras responsabilidades estratégicas, sino que también incrementa los niveles de estrés y agotamiento”, señaló Sebastián Ausin, Country Manager de Buk en Perú.
La sobrecarga cognitiva y emocional que provoca este exceso de reuniones puede afectar negativamente la capacidad de liderazgo y toma de decisiones en la organización.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR LA "REUNIONITIS"
Ante esta problemática, los expertos recomiendan implementar ciertas prácticas para reducir la cantidad y mejorar la calidad de las reuniones. Entre ellas, destacan:
Establecer objetivos claros: Definir los temas a tratar y evaluar si realmente es necesario convocar una reunión o si se puede resolver a través de otros medios, como correos electrónicos o mensajes.
Preparación previa: Enviar documentos y notas relevantes antes de la reunión para que los participantes lleguen preparados, y compartir un resumen al finalizar.
Elegir a los participantes adecuados: Asegurarse de que solo asistan las personas necesarias que puedan aportar valor a la discusión.
Respetar los horarios: Cumplir con los tiempos de inicio y fin para gestionar de manera eficiente tanto la reunión como el trabajo diario.
Asignar un moderador: Designar a alguien que mantenga el flujo de la reunión y tome notas de los aspectos relevantes.
¿CÓMO AFECTA AL BIENESTAR LABORAL?
El exceso de reuniones no solo impacta la productividad, sino también el bienestar de los empleados. La falta de tiempo para realizar otras tareas y la acumulación de reuniones ineficaces generan una sobrecarga cognitiva que puede derivar en agotamiento y falta de motivación. En un entorno laboral cada vez más competitivo y exigente, es crucial que las organizaciones revisen sus prácticas y busquen un equilibrio que permita a sus colaboradores desempeñarse de manera efectiva sin comprometer su salud mental.
LA IMPORTANCIA DE UN CAMBIO EN LA CULTURA ORGANIZACIONAL
Para combatir la “reunionitis” y mejorar el ambiente laboral, es necesario un cambio en la cultura organizacional. Fomentar la eficiencia y la claridad en la comunicación interna es fundamental para reducir el tiempo dedicado a reuniones innecesarias. Las empresas que logren implementar estas mejoras no solo optimizarán sus procesos, sino que también contribuirán a un entorno de trabajo más saludable y productivo para sus empleados.