Stacie Crimm, de 41 años, falleció 23 días después de dar a luz a su hija, por la cual se rehusó a llevar un tratamiento de quimioterapia porque ponía en peligro la vida de su pequeña.
Todo era felicidad para la futura madre, ya que por mucho tiempo había deseado concebir. Pero a los cuatro meses de gestación, los médicos le diagnosticaron cáncer terminal en la cabeza y el cuello.
La pequeña Dottie Mae, que nació con un de un kilo de peso, tuvo que permanecer en la incubadora del hospital tras su nacimiento, pero por expreso deseo de la madre fue adoptada por su tío.
Pocas horas antes de morir, Stacie pudo cumplir su sueño más preciado y logró conocer y tener a su bebé en brazos.