Miles de estudiantes chilenos desafiaron al gobierno de Sebastián Piñera, en el frontis del Palacio La Moneda para a exigir, por tercera vez en lo que va del mes, una educación gratuita, acompañada del factor calidad.
Algunos medios y agencias de noticias hablaron incluso de 30.000 manifestantes. "La calidad, el acceso y el financiamiento de la educación está en el corazón de las prioridades de nuestro gobierno", replicó Piñera luego de que se produjeran fuertes enfrentamientos ante sus oficinas.
Los estudiantes se trenzaron con la policía que tuvo que usar gases lacrimógenos y chorros de agua en las afueras del palacio presidencial para disolver la manifestación que congregó a miles de personas por la céntrica avenida Alameda y que no contaba con autorización oficial.
Los incidentes estallaron bien avanzada la marcha, que tal como en las dos oportunidades anteriores se desarrollaba de forma muy festiva, congregando a estudiantes, profesores, padres y niños, cuando la Policía impidió el avance de los manifestantes por las afueras de la casa de Gobierno.
Los manifestantes lanzaron piedras, palos y algunos proyectiles de pintura a la Policía. También hubo policías montados a caballo que intervinieron en la protesta.
Los jóvenes y la oposición de centroizquierda insistieron en rechazar el actual modelo educacional, el que permite que empresas privadas lucren con la enseñanza escolar y universitaria.
"Queremos construir un modelo educacional centrado en lo público, financiado por el Estado", subrayó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson.
Los jóvenes, a los que el gobierno prometió una inversión en educación de 4.000 millones de dólares en varios años, llevan dos meses de movilizaciones, en medio de un alto apoyo social, según varias encuestas.
"Queremos avanzar a un sistema educativo que abra posibilidades a romper con este Chile segregador", escribieron hoy en la revista "The Clinic" Giorgio Jackson y Camila Vallejo, líderes del movimiento.
La marcha fue convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y el Colegio de Profesores, y es la tercera que se realiza en menos de un mes. Las dos anteriores -el 14 y el 30 de junio- congregaron a más de 80.000 personas cada una.
Los dirigentes estudiantiles señalaron que en Chile toda la educación universitaria es privada, aunque existen becas para los alumnos más pobres.
De hecho, un estudiante que curse medicina en la estatal Universidad de Chile puede egresar con una deuda de 50.000 dólares o más, la que debe pagar durante largos años.
El gobierno de Piñera, un empresario que desde 1980 proponía el actual sistema de financiamiento, no está dispuesto a cambiar el actual mecanismo de pago. Los fondos que ha prometido son básicamente para abaratar los costos de los créditos con los que los alumnos pagan sus estudios superiores.
Los estudiantes, que exigen un plebiscito y estatizar el cobre para financiar la gratuidad de sus estudios, tienen en jaque al gobierno, cuyo apoyo ha desminuido.
(Fuente: Agencias)