En el marco de la Conmemoración de todos los fieles difuntos, el Papa León XIV subrayó que el corazón del Evangelio es la certeza de que "nadie se pierda para siempre, porque la voluntad de Dios es que todos tengan vida".
"La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día", recordó el pontífice citando el Evangelio de San Juan. Estas palabras, explicó, revelan la preocupación profunda de Dios por cada ser humano.
Conmemoración con los Santos Difuntos
León XIV relacionó la fiesta de Todos los Santos, celebrada el último sábado, con la conmemoración de los difuntos, presentándolas como dos dimensiones de una misma realidad, la comunión universal del amor de Dios. El Santo Padre señaló que el recuerdo de los difuntos no es un ejercicio de nostalgia, sino un acto de fe y esperanza.
"Sin la memoria viva de Jesús, cada vida corre el riesgo del olvido; pero en Él, incluso quien no tiene quien lo recuerde conserva su infinita dignidad", advirtió. El Papa añadió que "Jesús, la piedra que los constructores ha rechazado, es ahora la piedra angular.
Pide visitar cementerios
Al final del Ángelus, León XIV invitó a los fieles a que la visita a los cementerios no sea solo un momento de silencio o nostalgia, sino una afirmación de fe en la resurrección. "Cuando profesamos: 'Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro', conmemoramos el futuro", dijo.


