Dos años después del inicio de la guerra en Gaza, el mundo presenció un acontecimiento histórico. En la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a los mandatarios de Egipto, Catar y Turquía, firmaron un acuerdo que pone fin al prolongado conflicto entre Israel y Hamás. El acto, celebrado ante la presencia de una treintena de líderes internacionales, marca el cierre de una de las etapas más sangrientas del siglo XXI en Medio Oriente.
Durante la ceremonia, Trump sostuvo que “nunca antes había visto tanta felicidad” en una cumbre internacional. El mandatario estadounidense destacó la cooperación de sus homólogos Abdelfatah al Sisi (Egipto), Tamim bin Hamad Al Thani (Catar) y Recep Tayyip Erdogan (Turquía), quienes actuaron como mediadores clave en el proceso de negociación.
“Fue un gran obstáculo, pero todo salió tan bien que nadie podía creer que estuviéramos aquí certificando el fin de la guerra. Este es el acuerdo más grande y complejo de todos los tiempos”, declaró Trump en su discurso, visiblemente satisfecho con el resultado.
El documento, que contiene un conjunto detallado de normas y compromisos multilaterales, busca garantizar la estabilidad política y la reconstrucción humanitaria en la Franja de Gaza tras años de bloqueo y violencia.
“EVITAR LA TERCERA GUERRA MUNDIAL”
El presidente estadounidense afirmó que este pacto representa no solo el fin de la guerra, sino también un punto de inflexión para la paz global. “Durante años escuché que este era el conflicto más peligroso del planeta. Muchos creían que podría desencadenar una Tercera Guerra Mundial, pero eso no va a ocurrir”, aseguró.
Trump también elogió la determinación de los líderes árabes al señalar que “se unieron porque querían resolver la situación en Gaza”, destacando que el entendimiento entre las partes “ha despegado como un cohete”.
El acuerdo de Sharm el Sheij simboliza un cambio trascendental en la diplomacia internacional, con Trump asumiendo nuevamente el papel de mediador global y prometiendo un nuevo capítulo de estabilidad para Oriente Medio tras décadas de enfrentamientos.