El gobierno de Estados Unidos incautó activos por un valor estimado de 700 millones de dólares pertenecientes al presidente venezolano Nicolás Maduro. Entre los bienes destacan una mansión en República Dominicana, una granja de caballos, dos aviones privados, joyas, dinero en efectivo y nueve vehículos de lujo.
La fiscal general Pam Bondi confirmó la medida, describiéndola como un golpe contra el “crimen organizado” y comparando la red de Maduro con la mafia. Según señaló, el mandatario estaría vinculado a grupos como el ‘Tren de Aragua’ y el ‘Cártel de Sinaloa’, implicados en el tráfico de cocaína y fentanilo hacia territorio estadounidense.
Esta acción se produce seis días después de que Washington duplicara la recompensa por su captura a 50 millones de dólares. La ofensiva contra Maduro comenzó durante el gobierno de Donald Trump, cuando se ofrecieron 15 millones y, posteriormente 25 millones bajo la administración de Joe Biden.
RECHAZO DEL CHAVISMO
Desde Caracas, el canciller Yvan Gil calificó la decisión como una “operación de propaganda política deshonesta” y criticó duramente a Bondi. Pese a las sanciones y acusaciones, Maduro se mantiene en el poder tras unas elecciones en 2024 que gran parte de la comunidad internacional consideró fraudulentas.