Un pronunciamiento sin precedentes sacudió este 28 de julio a la comunidad internacional. Las ONG israelíes B'Tselem y Médicos por los Derechos Humanos – Israel (PHRI) calificaron oficialmente como “genocidio” la prolongada ofensiva militar de su país contra la población palestina en Gaza, que lleva más de 21 meses activa.
“NUESTRO GENOCIDIO”: LAS ACUSACIONES DESDE DENTRO DE ISRAEL
Las declaraciones fueron emitidas desde Jerusalén durante una rueda de prensa liderada por Daphna Shochat, representante de PHRI, y Yuli Novak, directora de B’Tselem. Ambas organizaciones, reconocidas por su trayectoria en derechos humanos, presentaron informes detallados que documentan la destrucción masiva en Gaza, tanto directa como indirecta. “Nada te prepara para darte cuenta de que eres parte de una sociedad que comete genocidio”, expresó Novak en un comunicado.
Según los informes, Israel ha ejecutado bombardeos sistemáticos, destruido hospitales, universidades y viviendas, y ha forzado el desplazamiento masivo de la población, al punto de generar condiciones inhabitables. “Es un desmantelamiento deliberado y acumulativo del sistema de salud y de supervivencia de los civiles”, concluye el documento de PHRI, titulado Genocidio en Gaza.
AYUDA HUMANITARIA EN MEDIO DEL COLAPSO
Mientras se conocen estas graves denuncias, Israel reanudó el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza tras meses de bloqueo. Este lunes se reportó la llegada de 135 camiones cargados con alimentos y suministros, gestionados por la Media Luna Roja egipcia. La distribución ocurre en medio de niveles “alarmantes” de desnutrición, según la ONU y Médicos Sin Fronteras.
Pese a este alivio temporal, las ONG advierten que la asistencia humanitaria no compensa las acciones sistemáticas que han provocado el colapso del enclave. La acusación de “genocidio” desde voces israelíes marca un antes y un después en el debate global sobre la legalidad y humanidad de la ofensiva en Gaza, mientras Israel y sus aliados rechazan rotundamente dicha calificación.
