La histórica "guerra del tomate" entre México y Estados Unidos vuelve a recrudecer, esta vez con un tinte político marcado. El presidente Donald Trump impuso un arancel del 17,09% a los tomates mexicanos, lo que representa un beneficio directo para los agricultores de Florida, pero un golpe al bolsillo de millones de consumidores estadounidenses. La decisión podría encarecer el precio del tomate entre un 6% y10 % en todo el país.
ESTRATEGIA QUE PODRÍA AFECTAR A TODOS
Según un análisis del diario Milenio, la nueva tarifa aduanera responde a una presión de productores floridanos, quienes concentran el 90% de la industria del tomate en EEUU y han sido históricamente aliados del Partido Republicano. El problema, advierten los expertos, es que Estados Unidos no cuenta con la capacidad para autoabastecerse de este cultivo, lo que generará un impacto directo en la economía doméstica.
Antes del arancel, la importación de tomate mexicano generaba hasta 8.300 millones de dólares en beneficios económicos anuales para EEUU, incluyendo ganancias indirectas e inducidas. México provee actualmente siete de cada diez tomates que se consumen en el mercado estadounidense, por lo que no existe otro país que pueda asumir ese nivel de exportación en el corto plazo.
GUERRA COMERCIAL DE LARGA DATA
La disputa por el tomate no es nueva. Comenzó en 1994, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TLCAN), cuando los productores estadounidenses denunciaron competencia desleal. Aunque en ese entonces se acordaron aranceles punitivos, estos fueron suspendidos tras negociaciones bilaterales que se renovaron por años.
El último pacto fue en 2019, durante el primer mandato de Trump, pero ahora el propio presidente decidió romper el acuerdo, reactivando el conflicto. En lo inmediato, los efectos se sentirán en las góndolas de los supermercados, donde el precio del tomate y sus derivados empezará a subir, en lo que muchos consideran un "regalo político" que pagarán todos los estadounidenses.
