Un trágico y desconcertante hecho ocurrió el pasado 8 de julio en el Aeropuerto de Milán-Bérgamo (Italia), cuando un hombre que había logrado evadir los controles de seguridad murió tras ser succionado por el motor de un avión en movimiento.
La víctima fue identificada como Andrea Russo, de 35 años, residente de Calcinate (Bérgamo). Según los reportes preliminares, no era pasajero ni trabajador del aeropuerto. Sin embargo, logró ingresar a las instalaciones conduciendo en sentido contrario, abandonó su vehículo y forzó una puerta de seguridad, lo que le permitió llegar directamente a la zona de estacionamiento de aeronaves.
TRÁGICA MUERTE
A pesar de que la policía intentó detenerlo tras detectar su ingreso no autorizado, Russo corrió hasta acercarse a un avión Airbus A319 de la aerolínea Volotea, que se preparaba para partir rumbo a Asturias, España. Testigos aseguran que primero se arrojó contra las carcasas del motor derecho y luego, en un segundo intento, fue succionado por el propulsor izquierdo, que ya estaba en funcionamiento debido a las maniobras de retroceso.
Volotea expresó sus condolencias a la familia del fallecido a través de un comunicado en redes sociales. Como consecuencia del incidente, varios vuelos fueron cancelados o redirigidos a otros aeropuertos.
Medios locales como La voce del Patriota reportan que la principal hipótesis que se maneja es la de un suicidio premeditado, aunque la investigación continúa. Según la policía, Russo había luchado con problemas de adicción y estuvo internado previamente en un centro de rehabilitación.
