Durante una nueva audiencia del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, el perito forense Mauricio Cassinelli ofreció una revelación impactante: el exfutbolista padeció una agonía de al menos 12 horas antes de morir el 25 de noviembre de 2020. Según su testimonio, el astro argentino acumulaba líquido en los pulmones desde hacía al menos diez días, lo que derivó en una insuficiencia cardíaca crónica que no fue tratada a tiempo por el equipo médico.
UNA MUERTE QUE PUDO HABERSE EVITADO
Cassinelli explicó que el corazón de Maradona “pesaba más del doble que uno normal”, y que su cuerpo presentaba un edema generalizado. También confirmó la presencia de una cirrosis hepática avanzada, pero descartó restos de alcohol o drogas en el cuerpo. Estas señales, dijo, debieron haber sido advertidas por el personal médico que lo asistía. Siete profesionales de la salud enfrentan cargos por homicidio con dolo eventual, al considerar que eran conscientes del riesgo que corría el paciente.
Durante la audiencia del jueves 27 de marzo se mostraron imágenes de la autopsia, lo que llevó a una de las hijas de Maradona, Jana, a retirarse de la sala. La defensa presentó un informe alternativo encabezado por el perito Pablo Ferrari, que sostiene que el cuadro agónico fue mucho más breve. Sin embargo, la Fiscalía de San Isidro desestimó ese peritaje por carecer del respaldo de un equipo forense y estar basado solo en pruebas proporcionadas por la defensa del neurocirujano Leopoldo Luque, quien habría desaconsejado la internación clínica.
El juicio por la muerte del campeón del mundo podría extenderse hasta julio de este año. Los acusados enfrentan penas de entre 8 y 25 años de prisión.