Según las investigaciones, el 15 de marzo del año 44 a.C., se registró uno de los episodios más rememorados de la historia de Roma: el asesinato de Julio César. El emperador fue víctima de una conspiración orquestada por un grupo de senadores que se oponía a sus ambiciones. Fue ultimado de 23 puñaladas en la entrada de la Curia de Pompeyo, un edificio donde se reunía el senado.
Fue Augusto, su hijo adoptivo y sucesor, quien señaló el lugar de la muerte con la colocación de una estructura de hormigón de tres metros de ancho. Este lugar fue olvidándose con el paso del tiempo, hasta que en 2019 la casa Bulgari, junto a las autoridades de la ciudad de Largo Argentina, decidieron restaurarlo para visitas turísticas.
RESTAURACIÓN INTEGRAL
Tras varios años de trabajo por fin es posible recorrer el lugar que vio por última vez con vida a uno de los emperadores más recordados de la historia. Es una interesante vuelta al pasado -2000 años- que requirió un desembolso de más de 980 mil euros, y que atrae a miles de turistas todos los días.
La restauración ha sido integral, luego de la mejora de la Curia de Pompeyo, se instalaron pasarelas elevadas que permiten observar de cerca los cuatro templos republicanos romanos, también refaccionados, incluido el monumento circular a la diosa de la Fortuna y los restos del Teatro de Pompeyo.
