Cinco personas murieron y otras dos resultaron gravemente heridas en el norte de Pakistán, cuando un reciclador detonó accidentalmente una vieja granada de mortero que había encontrado días atrás.
El objeto estalló cuando el sujeto trató de desmantelarla con un martillo, el taller del reciclador quedó destruido. Además del “chatarrero”, murió su ayudante y tres personas que llegaron a venderle cosas.
Las viejas granadas de mortero, así como otras municiones no activadas, suelen entrar de contrabando en Pakistán desde Afganistán. Algunas se remontan a la guerra soviética del los años 1980.
Según se conoció, sus carcasas de hierro se consideran una valiosa materia prima que se utiliza en talleres y fábricas siderúrgicas en el norte de Pakistán.
