En los Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) ha expulsado a cerca de 10 mil inmigrantes sin documentos que han cruzado sus frontera desde que se puso en marcha el 21 de marzo una medida que le permite a los agentes devolver a los indocumentados sin necesidad de iniciar un proceso.
Los inmigrantes sin papeles “tienen problemas que no quiero saber y en muchos casos, son criminales”, dijo el presidente Donald Trump. Amparado en la crisis sanitaria y la necesidad de evitar contagios, el mandatario aprobó el 20 de marzo una medida de emergencia que acelera la expulsión de los indocumentados.
Las nuevas reglas, amparadas en atajar la propagación del coronavirus COVID-19, afectan a los detenidos de México, Guatemala, El Salvador y Honduras, que son devueltos al país azteca o a Canadá.
Cabe señalar que según las autoridades estadounidenses, desde la implementación de esta política, avalada por el Centro de Enfermedades y Prevenciones (CDC, por sus siglas en inglés), los cruces ilegales en la frontera han caído un 56%.