Alrededor de un millón de ejemplares de diversas especies de aves salvajes murieron debido a la masa de agua caliente que permaneció en el noreste del Pacífico entre 2014 y 2016. Esta es la mayor muerte de aves marinas registrada en la historia.
La reciente investigación científica se basa en los 62 mil cadáveres de arao común que aparecieron en la costa oeste de Estados Unidos, Canadá y Alaska durante los años antes mencionados. Y dado que solo una fracción de las aves que mueren en el mar terminan en la orilla, los científicos determinaron que se trató de una oleada de muertes catastrófica.
Los expertos determinaron que las aves murieron a causa de inanición debido a la repentina falta de alimentos en las aguas más cálidas: en esa zona los peces depredadores habían dejado sin presas a los araos y otras especies.
Esto también tiene una explicación: las altas temperaturas en el océano habían acelerado el metabolismo de los depredadores marinos de sangre fría, por lo que durante esos años estuvieron comiendo más de lo habitual, reduciendo drásticamente la cantidad de peces forrajeros (sardinas, anchoas, arenques, etc.), el alimento básico de las decenas de miles de araos que fueron hallados muertos en las costas de EEUU.