Por segunda vez en una semana, masivas movilizaciones, organizadas por federaciones, sindicatos y asociaciones de la sociedad civil, se registraron en las principales ciudades de Honduras, exigiendo la inmediata renuncia del presidente del país, Juan Orlando Hernández.
Las marchas llegan después de que la fiscalía del distrito sur de Nueva York, Estados Unidos, vinculase al mandatario con una presunta conspiración para usar dinero del narcotráfico en sobornos para lograr apoyos a su última campaña electoral y conceder favores con el fin de mantenerse en el poder.
Las manifestaciones se tornaron violentas en la capital, Tegucigalpa, donde oficiales antidisturbios dispararon gases lacrimógenos contra los manifestantes, que dejaron varios heridos, algunos de ellos de consideración y decenas de detenidos..
“El presidente es cuestionado por una serie de escándalos desde 2015. Ahora la gente exige su renuncia no solo por esos escándalos de corrupción, sino por las irregularidades en las elecciones presidenciales, que consideran fueron fraudulentas”, señala Eugenio Soza, sociólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en relación con los comicios generales de 2017, cuyo resultado causó descontentó y socavó la legitimidad del mandatario.