En Estados Unidos, la gobernadora del estado de Alabama, Kay Ivey, firmó hoy la ley antiaborto que busca castigar con casi un siglo de prisión a los médicos que lo practiquen.
“Esta legislación es un poderoso testamento de las firmes creencias de los residentes de Alabama de que cada vida es preciosa y es un regalo sagrado de Dios”, dijo la gobernadora, tras firmar la ley que prohíbe el aborto en cualquier etapa de la gestación.
Aprobada el martes por la mayoría republicana del Senado de Alabama, la ley no contempla excepciones en caso de incesto o violación. El aborto sólo es aceptable si hay peligro de muerte para la madre o el feto.
Pero la ley probablemente al final no será implementada, pues el organismo de Derechos Humanos en Estados Unidos, Unión Americana de Libertades Civiles, (ACLU en inglés), prometió bloquearla inmediatamente en tribunales.
Randall Marshall, director ejecutivo de ACLU en Alabama, manifestó que, con esta decisión, “la gobernadora desperdició millones de dólares de los contribuyentes para defender una ley en un simple esfuerzo político de revertir 46 años de precedentes legales” en la Corte Suprema.
Y recordó que las clínicas permanecerán abiertas “y el aborto sigue siendo seguro y un procedimiento legal en todas las clínicas de Alabama”.