Una especial jornada vivió el Papa Francisco en su residencia del Vaticano. El santo padre recibió, visiblemente emocionado, a 21 refugiados sirios para compartir con ellos un agradable almuerzo y disfrutar, sobre todo, de la compañía de los niños.
Durante el encuentro, Francisco regaló juguetes a los pequeños y ellos se lo agradecieron con coloridos dibujos que grafican la guerra siria y sus dramáticas huidas por el mar.
Tres de las familias, presentes en la reunión, llegaron a Roma junto al santo padre cuando este regresó de la isla griega de Lesbos en abril. Este encuentro sirvió para que tanto niños como adultos tuvieran la oportunidad de contarle al pontífice cómo cambió sus vidas a su llegada a Italia.