Un amante de la adrenalina llamado Shane Brown casi pierde la vida después de realizar un clavado en las cascadas de Kapena, en Hawái. Y es que la arriesgada pirueta no fue ejecutada correctamente, lo que provocó que el impacto de la caída sea terrible. El joven de 24 años de edad terminó con 14 costillas fracturadas, además de los dos omóplatos. Para los médicos es un milagro que esté vivo.
Tres meses después de ser trasladado al Hospital de Queens en Honolulu, Shane se ha recuperado casi en su totalidad y ha comenzado a nadar de nuevo. "Los médicos me dijeron que soy muy afortunado de no estar paralizado y estoy agradecido por ello”, dijo.
“La mayor parte de mi existencia gira en torno a la actividad al aire libre y yo estaría devastado si no lo pudiera hacer”, agregó Shane en declaraciones para el portal Daily Mail.