Más allá de la opinión que puedas tener sobre las guerras, especialmente la que viene ocurriendo en Medio Oriente, es difícil no considerar héroe a una persona que expone su vida para defender a su patria. William Kyle Carpenter es uno de los valientes marines estadounidense que fue enviado a Afganistán en julio de 2010 para cumplir una difícil misión.
El 21 de noviembre de aquel año, la vida de Kyle cambiaría para siempre después de un ataque que sufrió su batallón. Pero ese día también sería recordado por todos sus compañeros por el gran sacrificio hecho por Kyle, quien sin pensarlo dos veces se arrojó sobre una granada enemiga para proteger a uno de sus amigos.
Aquel soldado llamado Nick Eufrazio sufrió múltiples lesiones pero no se comparaban con las que Kyle tuvo que lidiar. Por ello tuvo más de 40 cirugías durante el lapso de dos años y medio pero finalmente puro recuperarse con éxito y rehacer su vida estudiando en la Universidad de Carolina del Sur en el programa de Estudios Internacionales.