Cada año se venden aproximadamente 10 mil millones de preservativos en todo el mundo, lo que convierte a este objeto en algo cotidiano y común en el que muchas veces no nos ponemos a pensar más de la cuenta. Pero tras algo en apariencia tan simple y básico hay en realidad un proceso de fabricación bastante minucioso.
Este procedimiento consiste básicamente en mojar el látex natural en una serie de moldes con la forma apropiada con un movimiento y temperatura adecuados para que adquieran su forma final. Después, los condones se retiran del molde y van a parar a grandes máquinas lavadoras para eliminar olores, así como residuos que hayan podido quedar adheridos, patógenos o sustancias alergénicas.
Al ser un producto usado de forma masiva, también surge la pregunta : ¿son biodegradables los preservativos? “Se supone que los condones son biodegradables porque el látex natural es un producto que se encuentra en la naturaleza, en el caucho de los árboles. Pero los condones no son de látex en su totalidad, al cien por cien, sino que incorporan otros productos que los hacen más resistentes, más finos y más cómodos”, manifiesta un especialista.
Hoy, el 99% de los condones que se venden en el mundo están hechos de látex y tienen una forma más o menos parecida : un tubo de unos 15 o 16 centímetros de largo, unos 5 de ancho y 0,07 milímetros de grosor, recubierto o bien de una capa de polvos o de lubricante para evitar que se pegue y facilitar su uso.
