Ante el incremento del precio de la gasolina y la escasez del gas licuado de petróleo (GLP) en nuestro país, nos preguntamos si existe algún tipo de combustible que pueda reemplazar a los elementos antes mencionados. La respuesta es sí, aunque aún no son de uso masivo.
En Inglaterra, por ejemplo, han creado el ‘Bio-Bus’, un vehículo que funciona con biometano obtenido de los restos de comida de las heces humanas. Así como lo lees, el excremento fue utilizado como combustible. Este bus circula por las calles de Bristol con una capacidad para transportar 40 pasajeros y recorrer 300 kilómetros por cada ‘tanqueada’ y fue creado por la empresa Geneco.
“Es una manera de no desperdiciar nada. Los alimentos no aptos para el consumo, ahora pueden ser aprovechados”, declaró Mohammed Saddik, gerente general de la compañía. El objetivo es ofrecer una alternativa de transporte amigable con el medio ambiente, capaz de reducir la contaminación.
El ‘Bio-Bus’ puede alcanzar una velocidad de 120 kilómetros por hora y reduce las emisiones de dióxido de carbono en un 30%. Por otro lado, en Bristol se utiliza ya esta técnica para abastecer de electricidad a 8.300 hogares, consumiendo para ello 17 millones de metros cúbicos de residuos, lo que le ha llevado a ser nombrada capital verde europea en 2015.