El tribunal hispano condenó a la organización y a 16 de sus activistas a cancelar una multa de US$25 mil por causar daños durante una protesta, en la central nuclear de Cofrentes, en España.
Los hechos se produjeron el 15 de febrero de 2011, cuando decenas de militantes de esta ONG de defensa del medio ambiente ingresaron violentamente en las instalaciones de la central nuclear, propiedad de la compañía Iberdrola.
Durante la protesta, los activistas subieron por una de las torres de refrigeración, y escribieron con enormes letras de color negro “Peligro nuclear”. La ilegal incursión motivó una alerta de urgencia y la movilización de decenas de policías.
Los miembros de Greenpeace fueron acusados de causar serios daños en la central, alterar el orden público y herir a dos guardias. Sin embargo, no recibieron pena por los dos últimos cargos debido a que no hubo pruebas para condenarlos por ello.
