Harta de los empujones y descarados roces en los buses y metros de Tokio, una diseñadora industrial decidió poner en marcha un ingenioso y peculiar método para terminar con este problema: consiste simplemente en ponerse un chaleco con púas que ella misma creó.
El invento se trata de una prenda a modo de armadura, que gracias a sus púas flexibles de plástico obliga a las demás personas a mantenerse alejadas de quien la lleva puesto.
El chaleco fue confeccionado por la tienda Chindogu, la misma que constantemente inventa gadgets para resolver problemas de los más cotidianos, aunque esta vez la insólita prenda fue ideada por una mujer de Singapur, Siew Ming Cheng.
Aunque parezca increíble, el chaleco ya comenzó a fabricarse en serie; sin embargo, algunos críticos han argumentado que no cumplen con la legislación vigente en Japón.