“Ver para creer”, es una frase, que, pese a su origen y antigüedad, se sigue utilizando en las conversaciones cotidianas; no obstante, muchas personas ignoran que tanto esta como muchos otros dichos, se encuentran vinculados a la Semana Santa.
"VER PARA CREER"
De acuerdo al evangelio de Juan (20:24-29), Tomás, uno de los 12 apóstoles de Cristo, no creyó cuando le avisaron que Jesús volvería de entre los muertos e incluso llegó a decir: "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré".
Según la Biblia, cuando Jesús de Nazaret resucitó increpó a este escéptico apóstol porque necesitó "ver para creer".
"Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron", señaló Cristo, quien, según los evangelios del Nuevo Testamento, habría resucitado al tercer día de haber sido crucificado.
Después de más de 2 mil años de la vida, pasión y muerte del ‘hijo de Dios’, esta frase se suele utilizar cuando se desconfía de una hazaña o de la belleza de algún lugar.
"YO ME LAVO LAS MANOS"
Los evangelios relatan, en (Mateo 27:24), el momento en que Poncio Pilato, por la Pascua, le había dado la posibilidad a la multitud de salvar a uno de los condenados a morir: Jesús, el ‘rey de los judíos’ o a Barrabás.
La gente eligió al célebre bandolero Barrabás en lugar de a Cristo; ante esta decisión, la autoridad señaló: “Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis”' y se lavó las manos, un acto que simbolizaba que se desentendía de la decisión popular de crucificar a Jesús.
"EL BESO DE JUDAS"
Judas es un nombre que popularmente ha sido vinculado con la traición. De acuerdo a los evangelios, este apóstol reveló la ubicación de su maestro para que fuera capturado y ejecutado a cambio de 30 monedas de plata, este acto se convirtió en un símbolo de la deslealtad.
"El beso de Judas" fue el gesto con el cual el apóstol dio a conocer la identidad de Cristo, algo que ya Jesús había advertido que iba a pasar.
"'Al que yo besare, ese es: prendedle'. Y enseguida se acercó a Jesús y dijo '¡Salve, maestro!'. Y le besó". (Mateo 26:48-49).
"ESA ES MI CRUZ"
Según los evangelios, Jesús, además de ser torturado antes de morir, tuvo que cargar una pesada cruz de madera hasta un lugar llamado Gólgota, donde sería crucificado.
Este doloroso periplo originó la frase "esa es mi cruz", que simboliza el cargar un gran peso: un trabajo exigente, alguna adicción, alguna persona cercana que nos genera problemas, un amor problemático, etc.