El 1 de enero de 1972, el Perú quedó conmocionado con el asesinato de Luis Banchero Rossi, un respetado hombre de negocios, que logró posicionarse a sus 42 años como uno de los empresarios más exitosos del país.
Aquel fatídico día, este importante hombre de la industria pesquera se enrumbó junto a su secretaria a su casa de Chaclacayo para celebrar el inicio del nuevo año. Allí, los esperaba Juan Vilca Carranza, el hijo de su jardinero, quien en un arranque de locura los sometió a la más cruel de las torturas.
Como si ello no hubiera sido suficiente, este joven de 20 años obligó a Banchero a firmar un documento que le garantizaba una cirugía estética en una exclusiva clínica local y una importante suma de dinero; pero no contento con ello, terminó asesinándolo de dos certeras puñaladas.
Pese a que las evidencias en la escena crimen confirmaban que Vilca Carranza era el responsable del crimen, la Policía encontró muchas inconsistencias tanto en su declaración como en la de la secretaria Eugenia Sessarego, quien también fue encarcelada como sospechosa.
Ambos cambiaron su versión sobre lo ocurrido aquella noche en más de una ocasión, por lo que los investigadores no determinaron nunca el verdadero móvil. Las razones detrás de este cruel asesinato quedaron únicamente y para siempre en la perturbada mente de Juan vilca Carranza.