El presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano, ofreció declaraciones en una entrevista con RPP Noticias, donde evitó referirse a una posible reelección al frente de la entidad. Su gestión, iniciada en 2018 y extendida hasta 2025, atraviesa un momento crítico, con el fútbol peruano en uno de sus peores momentos tanto en resultados deportivos como en organización. Lozano, cuestionado por amplios sectores, prefirió centrarse en la elección del próximo directorio de la FPF y en respaldar al técnico de la Selección Peruana, Óscar Ibáñez, hasta el cierre de las Eliminatorias 2026, pese a los magros resultados que ubican al equipo en el fondo de la tabla.
En la conversación, Lozano defendió los logros de su administración, destacando la participación de clubes como Universitario de Deportes, Alianza Lima y Cienciano en torneos internacionales como la Copa Libertadores y Copa Sudamericana. “Estos clubes reflejan la competitividad del fútbol peruano”, afirmó, aunque los resultados internacionales de estos equipos han sido decepcionantes, con eliminaciones prematuras que evidencian las falencias estructurales del balompié nacional. Su gestión, envuelta en críticas por decisiones controvertidas y falta de transparencia, no logra revertir la percepción de un fútbol peruano en declive.
FPF bajo escrutinio: sin respuestas claras para el futuro
Interrogado sobre la posibilidad de incorporar a Jean Ferrari como director deportivo, Lozano señaló que aún no hay una decisión tomada, pero enfatizó que el elegido será peruano. Esta indefinición se suma a los cuestionamientos sobre su liderazgo, en un contexto donde la Selección Peruana lucha por salir de los últimos puestos en las Eliminatorias. La falta de un plan claro para revitalizar el fútbol peruano mantiene a la FPF en el centro de las críticas, con hinchas y analistas exigiendo cambios urgentes para recuperar el nivel competitivo.
Agustín Lozano insistió en que hablar de reelección ahora sería “una falta de respeto” hacia otros dirigentes, priorizando su compromiso con las responsabilidades actuales. Sin embargo, su reticencia a abordar el deterioro del fútbol peruano y la ausencia de estrategias concretas para superar la crisis generan incertidumbre sobre el futuro de la FPF. Con el mandato de Lozano acercándose a su fin, el fútbol peruano enfrenta el desafío de encontrar un rumbo que lo saque del fondo en el que se encuentra.