Kylian Mbappé, considerado por muchos como el mejor jugador del mundo, enfrentó una lluvia de críticas tras su decepcionante actuación en la derrota del Real Madrid contra el Liverpool en Anfield. El francés, llamado a liderar al equipo, no solo falló un penalti crucial, sino que sus estadísticas en el partido dejaron mucho que desear. Mientras la prensa lo analiza, sus compañeros y entrenador intentan defenderlo.
RENDIMIENTO LEJOS DE LO ESPERADO
Mbappé llegó al Real Madrid con altas expectativas tras su impresionante carrera en el PSG. Sin embargo, en los 18 partidos disputados con los merengues, apenas ha marcado 9 goles, una cifra que dista mucho de los más de 30 tantos por temporada que acumulaba en la Ligue 1. En Anfield, sin Vinicius en el campo, el francés tuvo la oportunidad de brillar en su posición preferida, pero el resultado fue desastroso: fallos en el control del balón, pases imprecisos y un penalti mal ejecutado que Kelleher detuvo sin problemas.
El delantero terminó el partido con 15 pérdidas de balón, un acierto en pases del 69,2% y solo 4 regates exitosos de 7 intentados. Cifras que lo alejaron del nivel que se espera de un jugador de su talla y generaron críticas tanto de la prensa como de los aficionados.
DEFENSA INTERNA Y BURLAS EXTERNAS
Pese a la tormenta mediática, sus compañeros y entrenador cerraron filas a su alrededor. Carlo Ancelotti afirmó: “Está trabajando y se está adaptando. Es un jugador extraordinario, pero necesita tiempo”. Jude Bellingham, estrella consolidada del Madrid, también lo respaldó: “No hemos perdido por el penalti. Mbappé tendrá grandes momentos con este club”.
Mientras tanto, las redes sociales no tuvieron piedad. Memes comparándolo con Eden Hazard, gifs de tortugas boca arriba y hasta imágenes humorísticas de una aparatosa caída inundaron internet, convirtiendo al francés en tendencia mundial. La afición madridista comienza a cuestionar si este es realmente el Mbappé que soñaron.
Con un inicio difícil en el Bernabéu y actuaciones como la de Anfield, Mbappé enfrenta el desafío más grande de su carrera: demostrar que puede ser el líder que Florentino Pérez y la hinchada del Real Madrid esperaban.