Un hallazgo arqueológico de gran relevancia salió a la luz durante trabajos de instalación de gas en el distrito de Puente Piedra, donde se encontraron los restos de una persona perteneciente a la cultura Chancay, con una antigüedad estimada de más de mil años. El descubrimiento, realizado por un equipo de arqueólogos de la empresa Cálidda, incluye un fardo funerario acompañado de vasijas y objetos cerámicos, lo que ha detenido temporalmente las labores para preservar el sitio. Este evento, ocurrido el 17 de junio de 2025, resalta la riqueza histórica oculta bajo la superficie de la capital peruana.
Los restos corresponden a una mujer adulta de entre 20 y 25 años, hallada junto a un conjunto de nueve vasijas decoradas con diseños típicos de la cultura Chancay, como negro sobre blanco y patrones tricolores geométricos. “El fardo funerario estaba acompañado de mates de calabaza con restos de crustáceos, sugiriendo rituales vinculados al mar”, informó un representante de Cálidda. El Ministerio de Cultura ha tomado el control del área, ampliando las excavaciones bajo estrictos protocolos científicos para proteger este patrimonio que data de entre los años 1000 y 1100 d.C.
Protección y estudio del legado ancestral
Tras el descubrimiento, las obras de instalación de gas fueron suspendidas de inmediato, y el Ministerio de Cultura autorizó una investigación más profunda para documentar los hallazgos. “Este sitio revela prácticas funerarias y aspectos culturales de los antiguos habitantes de la costa central”, explicó un arqueólogo involucrado, destacando la importancia de los objetos encontrados, que incluyen herramientas y decoraciones simbólicas. La colaboración entre la empresa y las autoridades busca garantizar que el legado arqueológico no se pierda, sumándose a los más de 2,200 hallazgos registrados previamente por Cálidda.
El descubrimiento ha generado interés entre expertos y la comunidad local, quienes ven en estas piezas una ventana al pasado de la cultura Chancay. Las excavaciones continuarán en las próximas semanas, con el objetivo de preservar los restos y exhibirlos eventualmente en museos peruanos. Este nuevo hallazgo refuerza el compromiso de las empresas y el Estado por integrar la protección del patrimonio en los proyectos de infraestructura, dejando un testimonio vivo de la historia milenaria de Perú.
