Durante la Semana Santa, millones de fieles en todo el mundo practican la abstinencia de carne roja como parte de una antigua tradición cristiana que busca honrar la Pasión y Muerte de Jesucristo. Este acto de penitencia se concentra especialmente en el Jueves y Viernes Santo, días en los que, según el Código de Derecho Canónico, los católicos están llamados al ayuno y la abstinencia como expresión de fe y sacrificio.
El simbolismo del pescado en la fe cristiana
En lugar de carne roja, se permite el consumo de pescado y mariscos, ya que estos alimentos no están vinculados con el sacrificio animal ni con el cuerpo de Cristo. Esta distinción simbólica tiene raíces profundas en la historia de la Iglesia, que considera la abstinencia como una manera de acompañar espiritualmente el sufrimiento de Jesús en la cruz. Además, el pescado ha sido un símbolo cristiano desde los primeros tiempos, representando a Cristo y a sus discípulos, muchos de los cuales fueron pescadores.
El Viernes Santo, fecha clave dentro de la Semana Santa, conmemora la crucifixión de Jesús y es considerado un día de duelo y recogimiento espiritual. La abstención de carne roja en esta fecha específica es una manera de mantener el respeto por este momento sagrado. A su vez, se relaciona con los 40 días que Jesús pasó en el desierto, según las Escrituras, donde se sometió al ayuno y la reflexión, sirviendo como modelo para los fieles.
Más allá de una práctica alimentaria, esta tradición representa una conexión espiritual y un acto de disciplina personal. En muchas familias católicas, el pescado no solo se convierte en la opción principal del menú, sino también en un recordatorio tangible del compromiso religioso durante la Cuaresma. Esta costumbre se mantiene vigente como parte esencial de la vivencia de la fe en Semana Santa.