Hallazgo histórico. El registro de carga de una embarcación de Centroamérica que data de 1712 se ha convertido en la referencia fuera de Perú más antigua del uso de la denominación pisco para nuestro aguardiente de bandera. Además certifica que este producto ya se exportaba hace al menos 309 años.
Según indica la agencia Andina, una investigación del embajador del Perú en la UE, Gonzalo Gutiérrez Reinel, permite afirmar “con plena certeza y con respaldo histórico que el origen del aguardiente denominado pisco proviene del Perú y que el Perú lo exportaba desde hace más de 300 años”.
La investigación surgió a raíz de referencias que brindó el ciudadano Manuel Villarreal; con la ayuda del embajador Jorge Méndez y funcionarios de la Embajada del Perú en Guatemala.
DEL CALLAO A ACAPULCO
Estudios de hace 40 años del historiador centroamericano Manuel Rubio Sánchez ubicaron, entre varios escritos, la documentación de carga de la fragata Nuestra Señora de la Soledad, que arribó, en 1712, al puerto de Acapulco, México, procedente del Callao, Perú, cargada de variados productos.
Luego de que la nave llegara a tierras aztecas, esta y la carga fueron rematadas y compradas por el ciudadano español Juan de Recalde, quien pidió permiso para zarpar a los puertos de Sonsonate (El Salvador) y Realejo (Nicaragua moderna) en la antigua Capitanía General de Guatemala.
La solicitud fue acogida el 19 de noviembre de 1712 y en la declaración de los denominados “aprezios” o apreciación del valor de la carga que llevaba la nave y los derechos que debía pagar cada producto se detalla: "(…) a diez pessos cada votija de aguardiente de pisco (…)".
“Tenía que pagar por concepto de reexportación (de Acapulco a Sonsonate) por cada botija. Todo queda registrado en el texto de carga de Nuestra Señora de la Soledad, que llega al puerto de Sonsonate, en la Capitanía de Guatemala”, explicó a Andina desde Bélgica.
"PRUEBA INCONTESTABLE"
Los registros de la nave en 1712 en Acapulco y en 1713 en Sonsonate “prueban de manera incontestable el uso común de las expresiones ‘aguardiente de pisco’ y ‘botijas de aguardiente de Pisco’ para denominar a la bebida del Perú, que era exportada hacia los puertos de México y Centroamérica en las primeras décadas del siglo XVIII”, dijo Gutiérrez.
El historiador Lorenzo Huertas halló, en el Archivo General de la Nación, el testamento firmado en 1613 por el ciudadano Pedro Manuel, el Griego, quien se afincó en Ica seducido por la calidad de sus vinos y que logró producir un aguardiente de calidad, pero en el documento no figura la palabra pisco.
“Todavía no se le denominaba aguardiente de pisco y eso tiene una explicación; los nombres como estos no los pone el mercado de exportación, los pone el lugar de donde se importa. Tengo la teoría que aguardiente de pisco se llamaba más en el exterior que en el Perú”, aclaró.