El excanciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay advirtió que las recientes afirmaciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, sobre la isla Santa Rosa —a la que llamó de forma errónea— constituyen un desconocimiento de la soberanía peruana. “No existe la isla Santa Rosa, es la isla Chinería”, aclaró, precisando que el territorio “desde su inicio fue y es y seguirá siendo peruano”. Según explicó, el Tratado Salomón-Lozano de 1922 “consagró de manera indubitable la separación entre los dos Estados por el río Putumayo” y cualquier intento de interpretación distinta “desnaturaliza” el acuerdo.
Facilitación, no negociación
Rodríguez Mackay subrayó que la problemática expuesta por Petro sobre la pérdida de caudal en el puerto de Leticia debe abordarse con un enfoque técnico y no jurídico. “Lo que no puede haber es una mesa de negociación, porque eso supone aceptar que hay una controversia”, dijo. Para el exministro, lo adecuado sería “una mesa de facilitación” que permita, por ejemplo, dragar los bancos de arena y mejorar el acceso al río Amazonas, pero “sin ceder territorio ni soberanía”. Añadió que si Petro llegara al Perú “no puede sostener el discurso de que desconoce la soberanía peruana, porque sería un descalabro completo para la diplomacia peruana”.
El ex jefe del Gabinete de Asesores del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego advirtió sobre un posible escenario en el que Colombia busque llevar el caso a instancias internacionales. “Petro ahora va a empezar a querer alistar su controversia para ir a la Corte de La Haya”, alertó, y pidió evitar que en el país se hable de “problemas” o “disputas” para no dar argumentos que puedan ser usados como prueba de un diferendo. “No es un problema jurídico, es un asunto diplomático y quien ve el tema diplomático es la cancillería peruana”, puntualizó.
Rodríguez Mackay recalcó que la delimitación establecida en 1922 y confirmada en 1934 “son las mismas que el día de hoy” y que las demarcaciones físicas son “auxiliares” frente a lo que dicta el derecho internacional. Consideró que el discurso de Petro es “populista, demagógico” y que al desconocer la soberanía del Perú “colisiona contra el pacto” que obliga a ambas naciones a respetar el tratado vigente “de manera perpetua”. Finalizó insistiendo que la respuesta peruana debe ser “inteligente, con los términos adecuados y con pleno conocimiento de cancillería”.